Basada en la obra teatral homónima del británico Brandon Thomas, La tía de Carlos nos presenta una comedia muy divertida, apoyada en el enredo, el travestimos y la suplantación de identidad. Carlos (Ricardo Merino) y Alberto (Luis Varela) ansían casarse con Ana y Laura, hijas de D. Servando (Rafael Alonso), antiguo hombre de negocios hoy casi arruinado y que se opone ferozmente a la boda a no ser que Carlos y Alberto puedan demostrarle que son millonarios y así colocar bien a sus hijas y asegurarse una vejez tranquila. Todo parece arreglarse cuando Carlos descubre que su tía brasileña, potentada de los cafetales y multimillonaria, viene para nombrarle heredero universal, y así se lo dice a Fermín (Paco Martínez Soria), un actor amigo suyo a quien invita para celebrarlo y hacer bulto en la presentación de su tía. La citada señora, ansiosa por conocer realmente a su sobrino y no de forma oficial, se presenta en España a escondidas y sin avisar. Apurados al encontrarse compuestos y sin tía, toman una decisión desesperada: convencer a Fermín para que se disfrace de mujer y se haga pasar por la señora. Un ardid que en principio no se creerá nadie, pero tomará consistencia y complicación cuando empiecen a salirle pretendientes, entre ellos el propio D. Servando.