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A duro la preferente

Por Dita Delapluma

Halloween (1978)

Se acerca una festividad muy querida por los amantes del terror, el día de Halloween. Y qué mejor modo de homenajearla en «A duro la preferente», que con la cinta que lleva su nombre, dirigida por John Carpenter en 1978.

Halloween_(1978)_theatrical_poster

En una celebración de la citada fiesta, un niño de corta edad ve a su hermana manteniendo relaciones con su novio y el pequeño, sin que nadie pudiera sospecharlo, se hace con un cuchillo de cocina y ataca a su hermana hasta matarla. Muchos años después, el niño ha crecido hasta convertirse en un buen mozo, que diría nuestra abuelita, y sigue con sus mismos hobbies, de modo que cuando un fallo eléctrico provoque una fuga en masa del psiquiátrico en el que reside, el pueblo natal en pleno de nuestro protagonista, correrá peligro.

Carpenter pudo realizar esta cinta -que le consagró para siempre- gracias a que su película anterior, Asalto a la comisaría del distrito 13, fue un éxito inesperado. No obstante, a pesar de ello, Halloween era una cinta quizá no de bajo presupuesto, pero sí de cinturón apretadito. El equipo técnico y artístico tuvo que buscar muchas vueltas para ahorrar lo más posible, de modo que Jaime Lee Curtis (la protagonista femenina y el primer papel de la que más tarde sería un pez llamado Wanda) tuvo que pagar de su propio bolsillo su vestuario; el rodaje se realizó en un pueblecito a cuyos habitantes se pidió colaboración y éstos, entusiasmados con la idea, cedieron gustosamente no sólo exteriores, sino a todos ellos y a sus hijos como extras: los vistieron con los disfraces de Halloween y a correr por las calles.

El papel de dr. Loomis en principio Carpenter pretendía que fuese para Vincent Price o Peter Cushing, pero los honorarios de aquellos titanes eran prohibitivos para él, de modo que se lo ofreció al veterano Donald Pleasance, quien en principio no pensaba aceptarlo porque se trataba de una cinta de desusada violencia que no le agradaba. Sería la hija de éste quien le pidió que aceptara, porque había visto la cinta anterior de Carpenter y le había encantado.

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