UGLYDOLLS: EXTRAORDINARIAMENTE FEOS

por Adelaida Valcarce

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Llega a los cines españoles esta película basada en los famosos juguetes creados por David Horvath y Kim Sun-min. Si nos basamos en lo tradicional, estos peluches son raros, o feos, como ellos mismos se denominan. La creación de los mismos se basa en la idea de que la belleza está, precisamente, en las cosas que nos diferencian. En cuanto al film, está dirigido por Kelly Asbury (Los Pitufos: La aldea escondida, Shrek 2, Spirit: El corcel indomable) y cuenta cómo estos muñecos diferentes se introducen en el mundo de los juguetes perfectos, lugar donde se entrenan para gustar a sus potenciales dueños, los niños del mundo.

Los habitantes de Uglyville no son conscientes de sus defectos y viven en una fiesta continua, hasta que descubren que en lo alto de la colina se encuentra Perfección, la academia a la que asisten los juguetes sin taras. Moxy, la protagonista, nos da una lección de autoestima y perseverancia, ya que es consciente de su aspecto poco atractivo y no ve nada malo en ello, es más, no va a dejar que nada le haga abandonar sus sueños. Si en algún momento su ánimo decae, coge fuerzas para transmitir que lo que realmente importa es que  la gente que te quiere lo haga seas como seas.

La película trata de transmitir ese mensaje positivo y aleccionador en esta sociedad actual, que impone cánones de belleza inalcanzables además de irreales, e intenta que su mensaje cale en los más pequeños, ya que es en la niñez cuando menos prejuicios se tiene hacia lo diferente. La inocencia de la infancia juega a favor de no juzgar a nadie y aceptar a todo el mundo, y la pretensión es que esta actitud no cambie con el paso de los años.

Precisamente, Uglydolls ahonda en la belleza de lo diferente, en la educación, en lo que nos es ajeno, no sólo en la apariencia física, sino en la forma de ser o sentir, en los diferentes contextos, situaciones, historias y vivencias. Toda vida es única e irrepetible sin tener en cuenta su aspecto externo. Tras este encomiable cometido educativo, el film trata de transmitir alegría y ligereza con una música pegadiza y divertida. Las canciones se encargan de transmitir que la idea llegue a los más pequeños: nadie es perfecto y no importa. En la banda sonora original intervienen Nick Jonas o Pitbull y en la versión española reconoceremos las voces de Blas Cantó entre otros.

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Con respecto a la animación, está cuidada hasta en los más pequeños detalles, más allá de una primera impresión, ya que los muñecos están hechos de diferentes texturas perfectamente diseñadas. Se puede distinguir el hilo con el que los cosieron, los cabellos de lana y los cuerpos peludos. También los efectos sonoros están muy conseguidos, desprendiéndose de la conjunción audiovisual una sensación táctil muy reconfortante para el espectador. En definitiva, se trata de un viaje imprescindible hacia lo diferente y que invita a la inmensa alegría de ser otro, de ser otra. No hay pedagogía posible sin el radical reconocimiento de las diferencias, y los futuros adultos deben acercarse a ella.

Calificación de la película
4/5

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