El espíritu de estos primeros minutos sobrevuela el resto de una película que adapta de forma muy libre algunos elementos del popular cuento La pata de mono. El relato de W. W. Jacobs mostraba cómo un particular talismán era capaz de cumplir los deseos de aquellos que lo tenían en su poder, aunque no de la manera prevista.
Aquí, la extremidad disecada es sustituida por una antigua piedra que también concede los anhelados deseos a su poseedor, aunque con catastróficos resultados, especialmente en aquellos que lo utilizan para obtener poder y acallar sus más íntimos traumas. Es el caso de los dos villanos de la ficción, un empresario fracasado, encarnado por un histriónico Pedro Pascal, y una mujer inteligente que está harta de ser ninguneada, interpretada por la siempre eficaz Kristen Wiig.