En El hijo se puede rastrear algún elemento coincidente con aquellas obras del debut de Gunn, como las invasiones extraterrestres en zonas rurales. Si a esto unimos la vuelta de tuerca que supone imaginar un Superman oscuro, tenemos el argumento de la película que nos ocupa.
Un matrimonio que vive en un pequeño pueblo ansía desde hace años la paternidad, sin lograrlo, hasta que un día cae un OVNI del cielo con un bebé al que adoptan. El niño crece sin problemas hasta a los doce años empieza a ser consciente de sus extraordinarias facultades físicas y mentales. Hasta aquí podría tratarse del argumento del hombre de acero, pero… ¿y si en lugar de usar sus poderes para el bien los emplease para el mal? El punto de partida es sencillo por lo conocido, pero el desarrollo supone una grata sorpresa para el espectador. No se detiene en florituras, va al grano y se apoya en unas imágenes impactantes que permanecen en la retina sin remisión.