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por Nerea Sanz Campos
La nueva serie de animación de Netflix comienza con el final de una etapa vital. Tuca abandona el apartamento compartido con su amiga Bertie, ya que ésta va a comenzar a vivir en pareja. Es así como Tuca (una tucán alocada e irresponsable) y Bertie (una zorzal con problemas de ansiedad) pasan de ser compañeras de piso a ser vecinas del mismo bloque. La creadora de Tuca y Bertie es Lisa Hanawalt, productora de la exitosa serie de dibujos Bojack Horseman, en la que seguimos las peripecias de un excéntrico caballo que ha fracasado en su vida y en su carrera como actor. En este caso, las pájaras que protagonizan esta sitcom, se enfrentan a los problemas cotidianos de la vida: el trabajo, el machismo, la ansiedad, la precariedad, los traumas, la sexualidad, las inseguridades o el alcoholismo.
La primera temporada cuenta con diez cortos e ingeniosos capítulos, y a pesar de que la trama es continua, no es necesario seguirla en orden cronológico para disfrutar de cada uno de ellos, ya que son autoconclusivos. Lo más atractivo Tuca y Bertie es la mixtura de humor absurdo con acontecimientos basados en relaciones interpersonales, todo esto barnizado con un discurso inteligente, crítico y feminista. Si bien puede considerarse una serie para todos, las mujeres puedan sentirse más identificadas con los problemas cotidianos de este par de aves que comienzan sus vidas adultas e independientes. Y es por esto, que a pesar de lo absurdo, algunos personajes arquetípicos y sus chistes groseros, Tuca y Bertie aterrizan en nuestro país insuflando una bocanada de aire fresco a los dibujos animados para adultos.
Estéticamente, Hanawalt ha optado por combinar diferentes tipos de animación, a los que recurre en situaciones ajenas al presente de la narración o para acelerar el ritmo de los hechos omisibles, por ejemplo, cuando un personaje cuenta o recuerda algo o cuando se trasladan de un escenario a otro. Personalmente, os aconsejo que conozcáis y os sumerjáis en las vivencias de estas dos pajarracas de caracteres antagónicos, que pese a todo no pueden vivir la una sin la otra, y que muestran de una forma cómica el des(equilibrio) y el valor de la amistad, tocando temas incómodos y cotidianos de una forma hilarante y comprometida.