KALO POTHI, UN PUEBLO DE NEPAL- por Dita Delapluma

Se dice que los niños y los borrachos dicen siempre la verdad, y por ello no pocos cineastas han usado la visión de los menores de edad para tratar temas, tanto amables como áridos. Cintas como Esperanza y gloria, El ogro o Cuenta conmigopusieron la realidad en ojos de niños o de personas mentalmente similares a ellos, a fin de enfocar los asuntos desde una perspectiva no por inocente, menos abrumadora. La película que hoy nos ocupa, nos lleva a un tratamiento similar.

Prakash y Kiran, dos niños birmanos, mantienen una férrea amistad pese a pertenecer a castas diferentes. Mientras Kiran es nieto de uno de los hombres más ricos de la aldea, Prakash pertenece a los parias, la casta de los desheredados e impuros. Cuando el rey llega a la aldea y se celebra un gran festín para él, los aldeanos han de vender sus gallinas para el mismo, pero Prakash y su hermana mayor esconden una, la última de las que crio la difunta madre de ambos. Cuando lleguen los maoístas a proyectar una película, Prakash y Kiran tendrán la idea de vender los huevos de la gallina a fin de pagar así las entradas, pero su sueño se verá roto cuando el padre del pequeño, venda la gallina. Los dos amigos, ignorando el peligro que corren en un país destrozado por una larguísima guerra civil, harán lo imposible para recobrar al animal.

El conflicto político-social que se desencadena alrededor de los niños es tomado en cuenta por ellos sólo cuando les da de cara. Entretanto, con el valor desmedido y la capacidad de adaptación que sólo los niños tienen, lo ignoran por completo. Para ellos, tiene muchísima más importancia el hecho exótico de ver una película, que el que varios jóvenes o niños sean llevados por los maoístas -por voluntad o a la fuerza- para combatir en la guerra civil.

Kalo Pothi cuenta las vivencias infantiles del propio director, Min Bahm, quien se vio separado de su mejor amigo en su niñez porque éste pertenecía a una casta inferior. En la cinta podemos ver que, en un país que permaneció diez largos años en guerra civil, los niños se veían obligados a crecer deprisa y afrontar situaciones, adversas para un adulto, pero más aún para un niño. El encontronazo entre dos poderes (realistas y maoístas) del que sale siempre perdiendo el campesino que está en medio, la crueldad de la guerra, el clasismo aún entre los niños, el abuso de los adultos hacia los pequeños… son sólo algunos temas que podemos ver la película, tratados con delicadeza pero sin perder un ápice de la brutalidad que encierran.

La película nos ofrece una visión poética y dulce de hechos trágicos y duros. Sin caer en la cursilería, nos presenta la amistad de dos niños como lo que es: una relación entre dos personas que se quieren, se ayudan, se pelean, se insultan, se juran que no volverán a hablarse nunca, y se reconcilian para volver a darlo todo el uno por el otro. Con un tono costumbrista y que prescinde casi por completo de música de fondo y efectos especiales más allá de los preciosos paisajes del país, Bahm nos ofrece una historia sencilla en un trasfondo complejo, en la que dos niños intentan ser amigos y disfrutar de su infancia, aun siendo conscientes de que sus familias se oponen a ello y que su tiempo se acaba. Un ejemplo de la “poesía desnuda” de la que nos hablase Juan Ramón Jiménez.


Kalo Pothi es una cinta birmana, independiente, no ha sido doblada, su ritmo es pausado y sin adornos, y su historia es simple como un cuento. Es una cinta difícil, pero no árida. Es una película que no se ve porque tenga una intriga de cortar el aliento, ni porque sea cómica, ni porque nos ofrezca un castillo de fuegos artificiales. Es una cinta que se ve por puro amor al cine. Por disfrutar más del modo en que se narra la historia, que de la misma historia. Es la película con la que nos dará la lata ese amigo nuestro gafapasta que nos dice que no sabemos apreciar el cine bueno de verdad y tenemos el seso sorbido por Hollywood… Pero aún así, aún con eso, merece la pena. El cine es un gran entretenimiento, un magnífico medio de evasión, y si para ti el cine es sólo eso, no pierdas el tiempo; no te va a gustar. Pero si quieres saber de qué más es capaz el cine, si quieres enfrentarte a otro tipo de hacer películas y contar historias, entonces sí te aconsejo que la veas. 

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