El primer capítulo viene cargado de acontecimientos de gran peso dramático que nos presentan a Hanna y a Erik, una hija y un padre de lo más peculiares. La historia comienza en Rumania, y a pesar de no tratarse de una road movie, cambia habitualmente de localización siguiendo a los personajes que intentan huir de la persecución de la CIA por distintos países de Europa. La nueva serie de Amazon cuenta con tres componentes prometedores: acción, drama e intriga. Pero es quizá este último factor el que más la ha perjudicado, ya que han querido exprimirlo tanto, que el espectador tarda demasiado tiempo en conocer cierta información, haciendo que (en ocasiones) perdamos la paciencia y el interés. Esta demora también afecta a la relación televidente-personajes, dificultándonos sentirnos identificados o empatizar con Hanna y su padre. La verosimilitud del relato también flaquea en ciertos momentos: la protagonista nunca ha tenido contacto con la civilización, y mientras algunas cosas le sorprenden excesivamente, se desenvuelve a la perfección en una gran ciudad como Berlín. Quizá sus componentes se quedan a medias: y ni el drama, ni la acción, ni el suspense llegan a calar a fondo en los cerebros de los amantes más exigentes de estos géneros.