La serie presenta de una forma muy singular y desde un punto de vista subjetivo temas como la soledad, la tristeza, la sexualidad femenina, el sentimiento de culpa, o el duelo por una pérdida. Son el ritmo y la brevedad de cada episodio los factores que provocan que visionemos la primera temporada casi inconscientemente, sin tener tiempo para reflexionar acerca de si la trama nos está convenciendo o no. Fleabag se abre al espectador, rompiendo a menudo la cuarta pared, y es que hablando a cámara se desahoga, nos pone al día de lo que trama, nos dice lo que verdaderamente piensa, o nos pone en contexto de algún detalle que desconocemos hasta el momento. En ocasiones, también escuchamos sus pensamientos, y los de otros personajes con los que se relaciona. De esta forma descubrimos su comportamiento en diferentes aspectos de la vida: la entendemos como mujer, como hermana, como novia y ex novia, y sobre todo como amiga, porque cautivadora es la amistad que mantiene con la dulce Boo, un ser humano muy especial al que conocemos a través de flashbacks.