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EL CID
Por Adelaida Valcarce
Desembarca en Amazon Prime Video el esperadísimo acercamiento a un personaje histórico de primer orden. Se trata de la serie El Cid, cuya primera temporada consta de 5 episodios en los que se pretende dar a conocer la juventud del de Vivar, así como poner los cimientos de su leyenda como guerrero y mercenario. Lo que no es tarea fácil sin caer en la lisonja excesiva o en un ridículo panegírico que poco tiene que ver con la vida real de Don Rodrigo (Ruy en la serie). De fondo están las luchas fratricidas entre reyes cristianos y las alianzas con los árabes en la apasionante Edad Media peninsular. La serie sumerge a la audiencia en su épico viaje, desde que es un niño hasta que se convierte en un líder militar y a la postre libertador, mientras intenta encontrar su lugar dentro de los círculos de poder.
LA LEYENDA DE “EL CID”, UN LIENZO EN BLANCO
Poco se sabe de la vida del personaje y esta es sin duda una baza importantísima que la serie sabe jugar muy bien. En primer lugar gracias al acertado reparto a cuya cabeza está Jaime Lorente (Élite), quien irremediablemente nos recuerda al joven Sergio Peris Mencheta de Los Borgia. Es el protagonista absoluto y nos revela su potencial como actor. Le acompañan en este viaje un reparto de lujo integrado por José Luis García-Pérez, Elia Galera, Carlos Bardem, Juan Echanove, Alicia Sanz, Francisco Ortiz, Jaime Olías y Lucía Guerrero, entre otros. Además, una segunda baza ganadora de la serie está en la accesibilidad de los guiones, escritos para acercar la época histórica al espectador actual.
LA EDAD MEDIA ESPAÑOLA COMO CRISOL DE CULTURAS
Un aspecto muy importante de esta superproducción es su rigor histórico y el impresionante despliegue de medios que ha provocado: 4.000 m² de decorados, 11.000 figurantes y un equipo de trabajo formado por más de 200 personas. El rodaje tuvo lugar en las provincias de Burgos, Soria, Teruel, y la Comunidad de Madrid, así como en la ciudad de Zaragoza. La serie refleja las diversas etnias y culturas que coexistieron en la Península Ibérica durante el siglo XI, incluyendo cristianos, árabes y judíos, continuamente enfrentándose en guerras y/o forjando alianzas, y también explica cómo el Cid pudo ganarse la admiración y el respeto de cada una de ellas.
El CID, ETIMOLÓGICAMENTE HABLANDO Y EN LA SABIDURÍA POPULAR
No deja de ser irónico que el héroe castellano por excelencia, el paladín cristiano más legendario de la reconquista, deba su sobrenombre a una palabra del dialecto árabe andalusí: sidi, que significa «mi señor». Y no consiguió ese respetuoso apodo cortando cabezas moras, todo lo contrario, ya que muchas fueron las luchas que hubo de discernir entre cristianos en aquellos años convulsos del siglo XI.
Cierto es también que la verdadera biografía de Díaz de Vivar está llena de claroscuros, alejada de esa radiante imagen que se nos ha legado del héroe recto, que antepone la fe y el honor del reino a su destino, creada primero por el Cantar de Mío Cid y otros cantares de gesta y más tarde por el romancero. El Cantar, tan importante para la literatura castellana como lo fue el propio Díaz de Vivar para la historia de la Península, está escrito más de un siglo después de la muerte de este héroe. En él probablemente cristalizan muchas leyendas orales que nacieron tras una vida más interesante incluso que su propio mito.
UN JUEGO DE TRONOS A LA ESPAÑOLA
A pesar de que las comparaciones son odiosas, la serie de Amazon no necesita compararse con ninguna otra superproducción televisiva, aunque el ritmo y las secuencias de acción que contienen poco tiene que envidiar a hitos internacionales como Los vikingos o Juego de tronos. Su narrativa tiene nervio, las escenas bélicas se disfrutan con ganas y las tramas… ¡Print the Legend y larga vida al Cid Campeador!