Sardinas a la brasa en la playa de la Concha, vino y baile… La Concha de Oro se la llevó una magnífica peli española El Espíritu de la Colmena, de Víctor Erice. Y a mí me llamó esa noche la plana mayor del Festival que estaba cenando en un restaurante renombrado. El director, Echarri, me explicó, muy amablemente, que era imposible dar el premio del largo a una peli española y el del corto también. Yo, con veintipocos años, no supe tomármelo bien, me salió esa jodida soberbia juvenil y le armé en la cena un pifostio de mucho cuidado. Error, por no darle su verdadero nombre. Meses después, un amigo común me decía: “Tu película le encantó a Echarri y había comentado que si tuvieras un guion para largo sería interesante leerlo. La cagaste”. Me parece recordar que el premio al mejor corto ni siquiera se dio.