También de la imaginería de aquella post-comunista década bebe
Jóvenes y brujas, secuela del título homónimo que dirigió Andrew Fleming en 1996 y que contaba la historia de cuatro adolescentes norteamericanas que practicaban la brujería en la escuela secundaria. La realizadora de esta versión es
Zoe Lister Jones, actriz neoyorkina que debutó en la dirección cinematográfica con la comedia indy
Band Aid. Melodrama familiar, ingredientes genéricos de las películas de institutos y determinadas pinceladas de cine fantástico se dan cita en una película pesarosa que no recoge el relevo de aquel gozoso placer culpable que nos descubriera a la recurrente Neve Campbell de finales del milenio. Eso sí, la nueva
Jóvenes y brujas esconde dos ases bajo su manga: los guiños al original y la presencia de un maduro
David Duchovny, el protagonista masculino de la mítica serie
Expediente-X.