La esperada vuelta a la dirección para la gran pantalla de Paco Cabezas (Mr. Right) se materializa en un potente ejercicio reflexivo sobre la maldad y sus daños colaterales. Adiós transcurre en Sevilla, donde la familia Santos, interpretados vigorosamente por Mario Casas y Natalia de Molina, ven morir a su hija en un accidente de tráfico provocado por unos delincuentes. Un duelo envuelto en dolor, odio y rencor, que lleva a un miembro de uno de los clanes de las 3000 viviendas de la capital andaluza, a vivir los días más intensos de su ya de por sí vertiginosa existencia. Estamos ante una ficción que combina las esencias del thriller propio del cine hollywoodiense con el toque personal de Cabezas que nos recuerda a los dramas lorquianos: la desgracia de una familia, la espiral de violencia en la que se ve envuelta, con el desgarro y el flamenco. Toda una agradable sorpresa, en definitiva.