Tras la muerte de su madre, una adolescente se traslada a la mansión familiar de Calais para convivir, entre otros, con su tía, una empresaria inmobiliaria, y su abuelo, de tendencias suicidas.
Críticas de la película
Una mujer adulta se prepara en el baño antes de dormir: se lava los dientes, se enjuaga, se da crema, hace pis, tira de la cadena y desaparece tras apagar la luz camino de la cama. Esta cotidianeidad tan reiterada, de sobra conocida, es grabada por alguien al comienzo de la película. El director no es otro que Michael Haneke y quiere hacernos partícipes de su voyeurismo. No es la primera vez que las imágenes captadas de forma casera fascinan al cineasta (El vídeo de Benny, Funny Games,…) ni será la última.
Happy End, que muchos consideran como título menor en su filmografía, en realidad no lo es. Presentada en el último festival de Cannes, el film contiene todos los temas que obsesionan al cineasta y que tan magistralmente sabe llevar a la pantalla: está la eterna descomposición de la alta burguesía, atrapada en sus depravaciones como si fuera víctima de sus propios prejuicios, también hallamos la violencia a veces sin motivo aparente filmada siempre en plano largo, para que el espectador la sufra doblemente, al enmarcarla en su entorno y a la vez esforzarse por entenderla. También hay niños víctimas que serán verdugos y martillos para machacar a otros. Y como no, también hay muerte, natural y provocada.
Calificación:
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