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Hoy: Clásicos, con Álvaro Lion Depetre
Tristana, magnífica película de Luis Buñuel, en la que yo fui ayudante de dirección. Termino de escribir el guión de un documental para TVE y cines sobre Benito Pérez Galdós, el autor de la novela. Y me vienen, como en un clásico flash-back, los recuerdos.
Don Luis decía que la única influencia que reconocía era la de Galdós. Lo cierto es que hizo dos películas con sus novelas, Nazarín y Tristana, en ambas colaborando con Julio Alejandro, que hoy da nombre al Premio de Guión de la SGAE”. Buñuel, Galdós y Julio Alejandro. Son clásicos.
Clásico (según la R.A.E.): “Dicho de un autor o de una obra que se tiene por modelo digno de imitación en cualquier arte o ciencia”.
Clásicas también fueron las migas viudas que don Luis nos hizo un domingo en Toledo, en la torre donde filmábamos la secuencia del campanero, a su secretario Pierre Lary y a mí. Viudas del todo las migas, los dos martinis anteriores clásicos, clásico el vino tinto de Valdepeñas y clásica la tarde que fue de mucha charla y excelente whisky.
Tristana le interesaba a Buñuel por su feminismo, por el carácter fuerte de su protagonista.
“Aspiro a no depender de nadie, ni del hombre que adoro. No quiero ser una manceba, tipo innoble, la hembra que mantienen algunos individuos para que les divierta. Ni tampoco que el hombre de mis ilusiones se convierta en mi marido”.
No veo la felicidad en el matrimonio. Quiero, para expresarlo a mi manera, estar casada conmigo misma, y ser mi propia cabeza de familia. No sabré amar por obligación; sólo en la libertad comprendo mi fe constante y mi adhesión sin límites.
Protesto, me da la gana de protestar contra los hombres, que se han cogido todo el mundo por suyo, y no nos han dejado a nosotras más que las veredas estrechitas por donde ellos no saben andar…”
Le escribe Tristana a Horacio, el joven pintor rival del viejo don Lope, en la peli Franco Nero y Fernando Rey, respectivamente.
Galdós se inspiró para su Tristana en una de sus amantes, Concha Morell, pretendiente a actriz, a quien él “colocó” en alguna de sus obras de teatro. En una carta le dice:
“Minina, ayer recibí tu carta y al mismo tiempo otra de Vico -se refiere a Antonio Vico, entonces, 1893, director y primer actor en el Teatro de la Comedia– que me puso de muy buen humor. El muy tuno, ¡qué bien ha comprendido que me interesas!”
Aunque en el año 1970, cuando rodábamos la película, esta faceta de don Benito, que tuvo muchas amantes y simultaneó a varias, todavía no se conocía.
Buenos recuerdos de Toledo y de la peli me quedan. Cuando venían las parejas a ver a sus amores: Vanessa Redgrave a Nero, François Truffaut a Catherine Deneuve y don Luis, que nos llevaba a Pierre Lary y a mí a comer con ellos.
A la Deneuve la lleve yo al teatro, me parece que al Fígaro, a ver Las Criadas de Genet, por la Espert, Julieta Serrano y Mayrata O’Wisiedo, dirigidas por Victor García.
Salió emocionada y asombrada.: Había visto la mejor Las Criadas en Madrid.
Julio Alejandro era el clásico caballero y un gran cocinero. Hizo conmigo y con Elena Santonja un programa, otro clásico de televisión, Con las Manos en la Masa, cuando, a la sazón, acababa de escribir un librito sobre Chilindrones. Y es que además de guionista y cocinero, era un excelente poeta:
Epílogo
Quizás fui como otros fueron.
Con solo la diferencia
de tener más inocencia
en el soñar que vivieron
¿Fui más tierno? ¿más piadoso?
¿Fue solo que no intenté
engañar cantando hombrías
o fue que, siendo amoroso
amé con profunda fe
hasta las almas baldías?
Julio Alejandro escribió también con Buñuel Abismos de Pasión y Simón del Desierto.
Todos clásicos.